Fecha: Martes 15 de julio
Hora: 10:00 a. m.
Lugar: Auditorio de la FEC
El libro expone diversas formas de clasificar a los países según sus niveles de ingresos, grados de desarrollo e inserción en la economía global. Se mencionan criterios como el ingreso per cápita, la industrialización y la especialización productiva. Las naciones se agrupan en países de ingresos altos, medios y bajos, y también se alude a la división tradicional del primer, segundo y tercer mundo. Estas clasificaciones reflejan profundas desigualdades económicas y estructurales entre los países.
Otra perspectiva presentada es la División Internacional del Trabajo, que diferencia a los países industrializados, con alta tecnología y capital, de aquellos especializados en materias primas con escaso valor agregado. Esta desigualdad también se expresa en términos de ventajas competitivas: mientras unos países combinan recursos naturales con servicios de alta calidad, otros apenas pueden aprovechar sus ventajas comparativas por la debilidad de sus sectores productivos y de servicios.
Asimismo, se señala la relación de subordinación entre países imperialistas —con poder económico, político y militar global— y países dominados, condicionados por organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial. Esta dependencia profundiza la brecha entre naciones beneficiadas por la globalización y aquellas que permanecen excluidas, con economías débiles, reprimarizadas y limitadas en su desarrollo tecnológico e industrial.
El texto concluye con una crítica al sistema capitalista, al que responsabiliza por la desigualdad, pobreza y exclusión que afectan especialmente a América Latina, África y Asia. Se denuncia el fracaso del capitalismo en garantizar justicia social, mientras que una minoría concentra la riqueza. En este contexto, se cuestiona el supuesto éxito del modelo y se plantea la necesidad de luchar por los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, aún pendientes de realización en muchas partes del mundo.